Aplica presión en la herida con lo que tengas disponible para detener o disminuir el flujo de la sangre. Tu actúas como un “tapón” para evitar que la sangre escape. La presión que proporciones ayudara que la sangre se coagule y se detenga el sangrado.
Si el sangrado es severo, llama al 9-1-1 inmediatamente o pide que alguien más lo haga.
Mantén presionada la herida hasta que llegue la ayuda.